Después de 4 días por tierras afghanas, hoy he
comenzado con mi plan de entrenamiento Sub3H. Estos primeros días los he
utilizado a modo de aclimatación, una aclimatación que cada día me resulta mas
rápida y menos traumática, no en vano este es mi 6º destacamento por este País.
No venia con muchas ganas esta vez, al
contrario que me sucedió el destacamento pasado donde sabia que me estaban
esperando algunos amigos para compartir trabajo y afición, el running.
La vez anterior pensaba que seria la
última y en mis últimos días agudicé los sentidos para impregnarme bien de todo
lo que me rodeaba, no sin la esperanza de volver algún día lejano de turismo
siendo este un País libre en donde los Españoles hemos tenido gran parte de
culpa de esa libertad.
No todo son cosas y sentimientos
negativos, también los hay positivos, como cuando los trabajadores afghanos te
recuerdan con cariño y te reconocen saludándote de inmediato y preguntándote
por el estado de salud de tu familia. Como he dicho, ya son muchos días en este
mismo lugar, Herat-Afghanistan. Yo aunque parezca mentira también me alegro de
verlos y de saber que están vivos, que no es poco en este país tan difícil.
El primer día lo dediqué a acomodarme en
el alojamiento donde he dormido desde el año 2010, es un pequeño contenedor que
decoro a mi gusto con fotos y dibujos de mis hijos que durante estos últimos
años me han hecho llegar hasta aquí, es una manera de sentirme un poco mas como
en casa y de estar un poquito mas cerca de los míos. También me acompaña la
Bandera de España, siempre la llevo a mis destacamentos o alguna prueba
importante como pueden ser los Ironman, a esta le acompaña también la Bandera
Afghana firmada por todos los compañeros que me ayudaron a conseguir mi maratón
de Herat el año del Reto 12Mx12M y un “Tashbit”, una especie de Rosario de
cuentas que utilizan los Musulmanes para sus rezos y que fue el primer recuerdo
de aquí que me compré en su mercadillo.
La primera noche dormí como un niño,
estaba cansado del largo viaje, pero eso no fue impedimento para que a la
mañana siguiente madrugara para ver amanecer mientras corria por el circuito
que tantas y tantas veces he realizado.
Una sensación extraña me recorría el
cuerpo, como es normal, todo me resultaba familiar, una sensación de ingravidez
recorría todos mis músculos de arriba a abajo, como dice Kilian...”Piernas
ligeras, Cuerpo ligero”, pues así me sentía yo y decidí disfrutarlo porque sabia
que a los pocos días esa sensación desparecería debido a la sobrecarga del
terreno, como digo en mi “Manifiesto del Afghanistan Runner”...”El Afghanistan
Runner tiene la cara curtida por el Sol, la piel erosionada por la Arena y las
piernas duras como las Piedras del camino como si formaran parte de él...” Al
mismo tiempo parecia que llevaba al lado a mi Ángel en Afghanistan, Fran y
detrás y sufriendo al Gorra y a Tabu, este ultimo con una sonrisa en la cara y
siempre positivo. De la misma manera parecía que detrás de cualquier curva iba
a aparecer por allí Víctor en sentido contrario al mio y que al verme se daría
la vuelta para formar parte de este gran pelotón de amigos, una gran familia
llamada #peazoteam, aun hoy escribiendo estas lineas me emociono recordándolo,
cuanto sufrimiento y cuanto apoyo mutuo nos hemos dado.
Por ultimo quiero agradecer a todos
vuestros ánimos, a Fran por acordarse en su crónica, quien sabe si algún día
podremos volver aquí a correr una carrera similar a los 101 de Ronda o la
Carrera de la legión de Melilla. Al Gorra, Alberto, por su llamada el dia que
embarcaba dirección Afghanistan, y a Todos los que de algún modo me animasteis
desde Facebook, desde Twitter o con un simple WhatsApp, eso es lo que me ayuda
a seguir adelante, saber que le importo a mucha gente y en mi mente solo hay
una Meta, volver a casa para poder seguir compartiendo mi vida con vosotros.
Fdo: Pascual Vargas (Afghanistan Runner).